Emprendimientos luchan contra tarifas de los “deliveries”

Emprendedores de Ciudad Guayana hacen esfuerzos para continuar prestando sus servicios a pesar de la situación por la pandemia del Covid-19 y la escasez de combustible.

Comentan que más allá de la emergencia sanitaria generada por el virus, el problema más grande ha sido poder cumplir con entregas a domicilio por la falta de gasolina. Refieren, además, que en el mercado negro, el litro de combustible puede llegar a costar hasta $5.

Emprendedores encuestados por PRIMICIA sostienen que han tenido que contratar a otras empresas que prestan el servicio delivery o domicilio, pero que claramente esto depende de lo que les cueste la gasolina y las distancias entre las entregas.

Aseguran que en ocasiones estos traslados pueden tener el mismo precio o hasta más que lo que cuesta el mismo producto.

Se pierden clientes

Cindy Camacaro, una de las emprendedoras que está detrás de dra.galletapzo, cuenta que algunas veces los compradores se molestan cuando el delivery cuesta lo mismo que el producto.

“Para el comprador no tiene sentido y para nosotros como vendedores tampoco tiene mucho sentido”. Explicó que tratan de hacer ajustes, pero no siempre se puede por el monto de la gasolina; entonces el cliente decide no comprar.

Además de empresas que hacen deliveries en moto o carros, también han optado por las bicicletas, pero la diferencia en cuanto a tarifas no es tan significativa y, además, no pueden exigir largas distancias.

No es rentable

Miguel Bastardo, dueño de PoderososPizzas, emprendimiento que comenzó hace siete meses, explica que desde el inicio el delivery “le ha jugado en contra”, porque no tiene el tiempo para “vivir la odisea que implica llenar un tanque de combustible en el país”.

Ante esa situación, también recurrió a empresas que prestan este servicio, pero esto no ha sido beneficioso porque los montos son muy cercanos o iguales a lo que cuestan sus pizzas.

“Al momento de concretar una venta cuando el cliente pide el delivery y se le da el precio, lo que hace es echarse para atrás porque no vale la pena. No es rentable”.

Bastardo comenta que han tenido que hacer promociones para que “valga la pena” pagar la entrega a domicilio.

Además, cuando las entregas son en zonas cercanas, asumen el riesgo de hacerlas caminando.

“Nos exponemos a realizar la entrega caminando, a veces es de noche y no es fácil estar caminando por ahí y menos con el teléfono, pero uno necesita comunicarse con el cliente. La idea es que el cliente pueda comprar, entonces uno busca la manera”, detalla.

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