Casos de covid-19 siguen multiplicándose en Bolívar
Los casos de covid-19 siguen aumentando en el estado Bolívar como en el resto del país, que ya superó la cifra de 80.000 contagiados y más de 70.000 casos recuperados, según informes del Gobierno nacional.
En el último boletín anunciado por la vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez, el estado Bolívar llegaba a 3.408 pacientes contagiados de covid-19 para este domingo 11 de octubre.
Manuel Rocca formó parte de la estadística de casos contagiados de coronavirus. El 19 de julio presentó su primer síntoma: fiebre. A los pocos días empezó a sentir frío insoportable, náuseas, diarrea, todos de forma intermitente.
Después de la primera semana, empezó a sentir dolores musculares sobre todo desde la parte baja de la espalda hasta las piernas, donde se unían las molestias en huesos y músculos. También sufrió de dolores de cabeza de manera intermitente.
“Todo me olía y me sabía a un solo olor y sabor, como a una mata de guarapo, un sabor muy desagradable. A los ocho días de esos síntomas se me desaparecieron todos menos el del olfato y gusto. Voy a la consulta con el médico internista, le digo todos los síntomas y dice que presuntamente tengo covid pero que había que descartar que llegara a los pulmones porque eso es lo peligroso”, relató Rocca.
El mismo día que empezó a sentir fiebre, decidió hacerse una prueba PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa, por sus siglas en inglés). La primera salió negativa, mismo resultado que se repitió cinco y diez días después; el resultado positivo apareció a los 15 días del momento en el que sintió el primer síntoma.
Después de haberse hecho la placa de tórax, en la que se evidenció el inicio de una neumonía, Rocca empezó a recibir tratamiento en casa con dexametasona y vitaminas, administrado por una enfermera particular por ocho días.
El 4 de agosto vuelve a realizarse la prueba PCR y salió positivo, por lo cual fue internado en el Hospital Ruiz y Páez de Ciudad Bolívar, donde aseguró que recibió todo el tratamiento y la atención correspondiente en el área dispuesta exclusivamente para pacientes diagnosticados con covid-19.
“Estando allí (en el Hospital Ruiz y Páez) seguía empeorando. Yo me sentía peor y las placas iban empeorando, la infección en los pulmones iba en ascenso. Pero al quinto día empezó la mejoría, me agotaba pero podía respirar sin necesitar el oxígeno, después de tenerlo las 24 horas del día. Yo mismo decidí quitarme el oxígeno para adaptarme a respirar por mí mismo y recibir el alta más rápido”, resaltó.
Rocca afirmó que en el área covid-19 del centro de salud ubicado en la capital bolivarense, donde cumplió diez días recluido, permitían la visita de un familiar por paciente. Además, destacó que los equipos de radiología son de alta tecnología pero contrasta con la falta de personal para la cantidad de pacientes que llegan al hospital.
“Lo negativo psicológicamente es que muchos pacientes mueren, ocho o diez personas diarias en ese momento. Es triste que tú estás ahí luchando por una enfermedad donde están todos en una misma área, juntos 80 o 90 personas más y ver que todos los días se muere uno y otro por lo mismo que tú estás luchando, es deprimente. Hay que tener una fortaleza mental muy grande porque piensas que el próximo eres tú”, lamentó el bolivarense de 34 años.
“No está aplanada la curva”
Justo Noguera Pietri, gobernador del estado Bolívar, anunció el 14 de septiembre que, a pesar de que no hubo reporte de casos positivos durante la semana anterior, “no está aplanada la curva” de contagios de Covid-19 en la entidad.
“Se va en descenso en las cifras de contagio y de los casos de fallecidos de manera sostenida por el cumplimiento de los lineamientos emitidos por el Gobierno nacional y el respeto al protocolo pertinente aplicado en casos de pandemia por el covid-19”, explicó el mandatario regional.
Sobre los sitios de hospitalización para los casos positivos de coronavirus, para esa fecha se contaban con 12 camas disponibles en el Hospital Gervasio Vera, de Upata; 42 en el Hospital Rosario Vera Zurita de Santa Elena de Uairén; 32 en Guaiparo, 28 en Uyapar; y 43 en el Ruiz y Páez.
Noguera reveló a través de sus redes sociales que el estado Bolívar ocupaba el antepenúltimo puesto en niveles de contagio con el -255 %, por pasar de 355 casos a 100 casos entre las semanas desde el 11 al 24 de septiembre.
“Gracias a todo el esfuerzo de la gente, a nuestra conciencia como pueblo, gente disciplinada y que en esa conciencia entendieron como nosotros podemos superar el covid-19. (Estamos) casi en el tope inferior de contagio, esto nos llena de orgullo, de amor, de esperanza, sabiendo que tenemos un número tan alto en kilómetros cuadrados, somos el estado más grande”, añadió el gobernador.
Para Sander Guilarte fue complicado identificar cuando tuvo los primeros síntomas de coronavirus, al trabajar a diario en una mina industrial subterránea a 300 metros de profundidad, afectado por la contaminación de los gases de equipos y vehículos pesados, la humedad y el polvo, donde laboran sin protección de seguridad y desde enero sin sistema de ventilación forzada.
“Permanentemente todos los trabajadores teníamos resfriados, gripes, tos constante, fiebre y cuanto malestar asociado a enfermedades pulmonares pueda existir. Llega la pandemia, se empiezan a tomar las medidas de protección básicas para el personal y las campañas informativas”, comentó Guilarte.
Con la llegada de la pandemia a su sitio de trabajo, Guilarte expresó que se multiplicaron los casos de neumonía, cansancio extremo, falta de respiración y la búsqueda inmediata de hospitalización en los centros de salud cercanos. “A esas alturas no hay guarapito que valga, lo que sale es hospitalización, donde un día más sin tratamiento adecuado era la diferencia de morir ahogado por el coronavirus antes del amanecer”, acotó.
El trabajador de 60 años relató que pasó diez días postrado con fiebre muy alta, fatiga y malestar general, síntomas por los cuales decidió trasladarse hasta el Hospital Dr. Raúl Leoni de Guaiparo, donde se negaron a atenderlo por supuestamente no tener cupo para recibir más pacientes.
Al tercer intento logró recibir tratamiento ambulatorio para estabilizarlo hasta conseguir otro lugar para ser hospitalizado. Sus familiares consiguieron cupo en el Centro de Diagnóstico Integral (CDI) Uchire, ubicado en el sector Unare I, tras recorrer otros hospitales y centros que estaban colapsados.
Tratamiento
En el CDI Uchire, Guilarte estuvo hospitalizado desde el 17 de julio recibiendo tratamiento de levofloxacina e hidrocloroquina, además de nebulizaciones, terapia de oxigenación y teofilina para la tos. “Los primeros días fueron fatales porque entre la tos, la asfixia y las secuelas de la hidrocloroquina me tenían mal. Al tercer día pude dormir, tenía más de quince días que no lo hacía”, confesó.
Guilarte pasó diez días recibiendo tratamiento para la infección en los pulmones, después de esa fecha solo recibió medicamentos antialérgicos, más la nebulización y oxigenación. Tras 15 días recluido en el CDI, le hicieron el hisopado nasal para evaluar su alta médica, pero el resultado nunca llegó. A los pocos días desarrolló una fuerte infección urinaria.
“30 días después sigo hospitalizado, superada la infección urinaria es necesario darme de alta porque hace 20 días que no tengo tratamiento alguno para los pulmones. A pesar de la falta de placa torácica que evalúe a profundidad cómo están realmente los pulmones, pero como estoy mucho mejor y no estoy respirando mal no les queda más recurso que darme de alta con una prueba de PCR para ver cómo sigue el covid-19”, recordó Guilarte.
La prueba salió positiva en 3 %, el tratamiento después de la alta médica fue ingerir ocho vasos de agua diarios para drenar la carga viral. Tras su estadía en el CDI, confirmó que el personal está a disposición de prestar apoyo con dedicación y profesionalismo, pero que aún existen fallas en el protocolo de atención a pacientes con coronavirus.
Secuelas
Después de 30 días de haber sido dado de alta, Guilarte volvió a sentir fiebre alta. Se hizo un examen de sangre y orina completo, también una prueba PCR para acudir a consulta con un médico conocido, quien le ordenó una placa de tórax.
El diagnóstico fue una fuerte infección urinaria y la reactivación del Covid-19 en los pulmones, con una carga viral del doble a la mostrada cuando fue hospitalizado en el CDI, por lo cual podría presentar graves problemas respiratorios en pocos días.
Guilarte afirmó que recibió tratamiento de choque con antibióticos de tres tipos: para la infección urinaria, para la protección de los riñones y de los pulmones. “Cuando ese señor me dijo eso comprendí que estaba grave, que era muy serio mi estado de salud, si no lograba levantar la aguja lo que venía era un entubamiento en una sala de terapia intensiva y si conseguía cupo”, añadió.
Casi 30 días después de haber iniciado el segundo tratamiento, reveló que se siente mucho mejor pero igual delicado de salud. Lamentó que en el sitio de hospitalización el protocolo de medicación no fue el más adecuado ni el más agresivo ni invasivo para lograr su completa recuperación, y el ser dado de alta aún con carga viral en su cuerpo sin ningún tratamiento.
“Por tal razón es que vemos según estadísticas de esos mismos centros que más del 50 % de quienes les dan de alta bajo esas condiciones narradas anteriormente, recaen al poco tiempo y por regla general terminan intubados, por la agresividad con la cual retorna o se activa esa carga viral subyacente en el cuerpo al momento de ser dado de alta”, recalcó.
Por su parte, Manuel Rocca indicó que después de haber sido de alta del Hospital Ruiz y Páez pasó varios días sintiendo hormigueo en la cara y las manos, además de la dificultad para usar los cubiertos para comer y otras reacciones involuntarias que el doctor que lo trató las definió como el síndrome de pánico.
“Se me quitó por completo el sueño, me quedaba dormido a las 4:00 de la mañana y me despertaba a las 7:00 a.m. A todos los pacientes que estaban ahí recluidos les pasaba lo mismo. Me sentía cansado pero sueño no me daba, apagaba las luces y nada. Después del alta tomaba té para conciliar el sueño, para evitar tomar medicamentos”, acotó.
Rocca admitió que todavía siente fatiga al hacer mucho esfuerzo físico y tiende a sudar frío; en ocasiones también presenta dolor en el pecho.
Medidas de prevención
En redes sociales, el Instituto de Salud Pública a diario recuerda sobre el correcto uso del tapaboca, la higiene y el distanciamiento social como medidas para la prevención de la propagación de coronavirus.
El alcalde del municipio Caroní, Tito Oviedo, aseguró el 6 de octubre que “gracias a la conciencia de nuestras vecinas y vecinos, logramos bajar la curva de contagio, hasta llegar a cero casos positivos en estos días, y sin ningún fallecido”.
Entre las medidas aplicadas por las autoridades para frenar el aumento de casos de coronavirus está el mantenimiento y dotación a los CDI, complementando con el cierre de terminales y cierre de comercios no priorizados durante la semana de cuarentena radical en el esquema 7+7.
“En Guayana tuvimos una cantidad importante de funcionarios policiales municipales y de Protección Civil Caroní contagiados, por estar en primera línea contra la pandemia. Gracias a Dios y a equipos de salud ya están sanos”, indicó Oviedo a través de su cuenta oficial en Twitter.
Sobre las labores de desinfección, el alcalde de Caroní dio un balance de 789 jornadas en instituciones públicas, 753 en centros de salud, 10 en mercados y más de 7.350 en urbanismos.
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