Especiales

Brisas de Macagua “no tiene dolientes”

No cuentan con sistema eléctrico propio. Se ven en la necesidad de conectarse con otras comunidades.
viernes, 07 junio 2019
Jesús Abinazar | Aguas negras desembocan en la fosa

Al pasar por la avenida Pedro Palacios Herrera se encuentra un sector llamado Brisas de Macagua, una zona que, según los habitantes, ha quedado en el olvido por las autoridades.

Las carencias abundan y los vecinos sufren las consecuencias “sin ser tomados en cuenta”.

Luis Cedeño, quien tiene 14 años viviendo en el lugar, señaló que el problema más grave es una cárcava.

Su hogar es de los más cercanos al precipicio y teme que ocurra una tragedia.

La casa en la que habitan Cedeño, su esposa y otra persona, tienen uno de los costados a la orilla del hueco que se ha formado con los años.

La familia menciona que lo único que han hecho es tratar de limitar un poco el espacio de la casa, para prevenir accidentes.

Opciones

Ante la idea de mudarse, Cedeño señaló que sería su última opción, indicando que la situación económica actual no es favorable.

Acotó que existen varios gastos cotidianos por los que “no nos podemos dar el lujo” de conseguir otra vivienda, puesto que significaría empezar de nuevo y eso no está a su alcance.

La entrada de otro inmueble está a menos de 50 metros de la cárcava.

Según mencionaron los vecinos, hace poco tiempo se derrumbó el baño de esa edificación.

Ante la situación que enfrentan, temen que sus residencias se caigan por completo, pues la tierra continúa cediendo.

El foso no está cercado; les preocupa que los niños, por curiosidad, se acerquen y caigan.

La situación se agravaría por completo en la temporada de lluvias. La fuerza del agua haría que la tierra se deslice con más facilidad.

Los perjudicados se encuentran en incertidumbre ante las consecuencias que se podrían generar en el sector. Declararon que sería necesario que las autoridades tomaran las previsiones correctas.

Explicaron que ningún ente gubernamental se ha acercado a Brisas de Macagua para “por lo menos evaluar la situación”.

Secuelas

Al tener un sistema de tuberías de aguas negras incompleto en las vivendas, los desechos desembocan en la cárcava que está formada.

El desagüe improvisado ha generado gran contaminación por la acumulación del agua.

A consecuencia, la comunidad se ha convertido una promesa para contraer distintas enfermedades, que a su vez se propagan a casusa de los criaderos de mosquitos.

Según informó Alejandra Ayala, también residente del sitio, hay casos de paludismo y hasta se registró uno de difteria.

Asimismo, varias personas han presentado problemas de la piel, como erupciones. Del mismo modo, otros han padecido vómitos y diarrea.

Ante lo que se produce a casusa de la cárcava, algunos residentes se organizan para pagar a alguna persona para que limpie el lugar.

Sin embargo, el trabajo no funciona por mucho tiempo, puesto que el agua contaminada continúa acumulándose en el mismo sitio.

La insalubridad se apodera de la comunidad causando molestias y amenazas de contagio, pero los habitantes se ven de manos atadas, ya que no les queda otra opción factible para acabar con el problema.

No se recolectan los desechos

Al asomarse a la zona, se percibe el humo que proviene de la quema de la basura.

Ayala confirmó que con todo el tiempo que tiene viviendo allí con su familia -más de 10 años- los camiones que se encargan de la recolección “nunca han pasado a realizar su trabajo”.

Como no cuentan con el respaldo del ente que debería prestar el servicio básico, buscan otras maneras de deshacerse de los desperdicios.

Algunos incendian los residuos, mientras que otros simplemente los lanzan a la cárcava o pagan para que los depositen en los vertederos.

La falta de asistencia deja a los vecinos con la posibilidad de contraer infecciones tras la mezcla de aguas negras y basura en el precipicio.

Electricidad “prestada”

La comunidad no cuenta con un tendido eléctrico formal instalado por los entes correspondientes.

Los habitantes cuentan con energía eléctrica gracias a la autogestión y a la colaboración de los miembros de otro sector.

De manera improvisada ha conectado cables a los postes de Monte de Cenizas, una comunidad que se ubica detrás de Brisas de Macagua.

“Si ellos tienen fallas de electricidad, nosotros también las tendremos”, precisó Ayala.

Por otro lado, declaró que recientemente se cayeron unos cables que tenían conectados, por lo que varios habitantes tuvieron que hacer el proceso de conectarse nuevamente al tendido de Monte de Cenizas.

Protestas por atención

Por lo que detallaron los residentes, la única manera de que les puedan vender los cilindros de gas es cuando cierran los canales de la avenida Pedro Palacios Herrera y no permiten el paso de los vehículos.

Los perjudicados colocan piedras, troncos, cauchos y escombros para obstruir el paso y así llamar la atención de las autoridades.

De otra forma, para poder preparar sus alimentos, deben buscar quien les preste una cocina eléctrica o apelar a la leña.

Al ver que el problema persiste desde hace unos meses, hicieron un llamado a las autoridades para que, mediante el consejo comunal se pueda organizar la venta del gas doméstico a través de la empresa Pdvsa.

Insistieron en que se resuelva el problema, alegando que no está dentro de sus posibilidades adquirir el servicio por reventa.

Indicaron que los “bachaqueros” ofrecen el producto a un costro que puede variar entre Bs. 6 mil y Bs. 10 mil, con el dinero en efectivo.

Servicio incompleto

En el caso de la venta de los rubros a través del Comité Local de Abastecimiento y Producción (Clap), señalaron que no llega en las fechas correspondientes.

Ayala aseveró que pasa hasta más de un mes sin que sean beneficiados con las cajas.

Además, denunció que los recipientes donde se trasladan los artículos siempre llegan destapados, acto que les produce desconfianza y creen la
posibilidad de que se extraigan algunos alimentos.

Reafirmó lo que dijo alegando que en algunas ocasiones reciben leche y aceite además de otros productos, pero en otras oportunidades las cajas no contienen esos artículos.

Deficiencia

Ante todas las carencias con las que batallan diariamente, los vecinos declaran que viven en “una comunidad sin dolientes”.

Agregaron que la llegada del agua potable es inconstante. Especificaron que el suministro por tuberías es solo durante algunas horas, sobre todo en la madrugada.

En ocasiones pasan hasta cuatro días ”secos”, por lo que deben caminar hasta sectores de La 46 para cargarla desde allí.

Realizar labores como limpieza del hogar, lavar la ropa, cocinar o fregar se ha vuelto un problema, ya que “debemos cazar el agua cuando llega o cargar baldes desde muy lejos hasta la casa”, comentó Ayala.

Son alrededor de 60 los hogares perjudicados por la ausencia completa o parcial de servicios básicos.

Inseguridad

El hecho de edificar viviendas como invasores de terrenos, deja a los habitantes con menos atención que otras comunidades. Esto se refleja sobre todo en el alumbrado, apuntan.

No obstante, no justifican que la falta de luz también se refleje en la vía.

Destacaron que desde hace cinco años ese tramo de la avenida, a la altura de La 46, se encuentra totalmente a oscuras.

La situación pone en peligro a los habitantes y a los que transitan a pie y en vehículos.

“La oscuridad le da un pase libre a los delincuentes para sus andanzas”.

Los vecinos confesaron que los antisociales han colocado piedras en la carretera, para que los choferes tengan accidentes y así apoderarse de sus pertenencias.

En Brisas de Macagua exhortaron al Gobierno a restaurar la avenida y realizar patrullaje para evitar la inseguridad.

 

 

 

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