Así nació la gaita en Venezuela
Hay una partitura en la historia de la música venezolana que está rodeada de un halo de misterio.
“Esa partitura nunca ha podido ser identificada, es un manuscrito anónimo donde aparece el dibujo de un monje, que pareciera ser benedictino, con una flauta en la mano y un tambor a la derecha”, dice Pedro Chacón, historiador y profesor de la Universidad Nacional Experimental de las Artes, en Caracas.
“Es el documento musical más antiguo en nuestro país”, añade. Hay quienes creen que en ese documento del siglo XVI está plasmado el origen de la gaita venezolana.
El género que en muchos casos transmite alegría tiene, en sus raíces, un profundo dolor. “La gaita nace como una canción de protesta ante el maltrato del amo a los esclavos”, indica Chacón.
Para tratar de entender por qué la gaita venezolana se llama así, nos adentramos en un fascinante viaje en el tiempo que nos lleva a tierras muy lejanas.
Un instrumento
José Rafael Romero es historiador especializado en etnomusicología y profesor jubilado de la Universidad del Zulia, en el occidente del país. Es autor, junto a Arcadio Martínez y Víctor Hugo Márquez, del libro “La Gaita Zuliana. Origen y evolución”, una investigación de 20 años sobre ese género musical.
Su origen lo remonta a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, “cuando se empiezan a hacer las llamadas gaitas en las comunidades africanas y afrodescendientes”.
Aclara que “el término gaita originalmente se refería a un instrumento musical: la alghaita, una flauta de origen árabe”.
De hecho, cuando le cuento a un amigo marroquí sobre este artículo, me dice que en su país hay un instrumento que se llama “ghaita” y que con ese mismo nombre se conoce un tipo de música.
Descubro después que no solo es popular en Marruecos, también lo es en Argelia y Mauritania.
Sin embargo, es muy difícil precisar el origen de la palabra gaita.
¿Berber?
El músico e investigador austriaco Michael Vereno escribió “Gaita and gajda – Musings on a Strange History of Names” (Gaita y gajda – Reflexiones sobre una extraña historia de nombres).
El texto, que es una parte de su tesis doctoral posteriormente convertida en un libro, lo publicó en el sitio web de The Bagpipe Society. Bagpipe es un instrumento musical de viento que se suele traducir como gaita.
Cuenta que en España y Portugal se consiguen diferentes tipos de gaitas, conocidas como gajdas en los Balcanes, donde también hay una variedad.
Al indagar sobre la etimología de gaita, el autor cree que “es probable que el término tenga su origen en el noroeste de África, probablemente de una lengua bereber”.
“En algún momento antes del siglo XIV, el término podría haber viajado a España y su norte cristiano, donde huyeron los esclavos fugitivos de las regiones musulmanas, entre ellos músicos bereberes”.
Para Vereno, como para otros autores, gaita es “un término polisémico viajero”.
Llamando a la misa
Y así, volvemos a Venezuela, con el profesor Romero: “La gaita llega a nuestras tierras con los africanos. Cuando pasaban por las Canarias, los llamaban a la liturgia con una flautica, que era la alghaita. Por eso, en el Zulia, el proceso de la gaita está asociado a la Iglesia”.
Debido a las dificultades de los religiosos para comunicarse en los dialectos de los africanos, usaban un tambor y una flautita para convocarlos a la misa. Pero un tipo de flauta similar, dice el experto, había tenido otros usos mucho antes.
“Los hombres usaban la alghaita para llamar a las cabras que se iban al desierto”.
“Como no tenían capacidad de voz, usaban un estómago de cabra, lo lubricaban y le ponían una flauta. Cuando a ese fuelle lo llenaban de aire y lo apretaban, la flauta sonaba y las cabras donde estuvieran regresaban”.
“Esa es la base de la flauta gallega, de la flauta escocesa, que se conocen como gaitas”, dice Romero.
Quizás al leer la descripción del pastor y sus cabras, te imaginaste el sonido de un cuerno, como me pasó a mí. De hecho, Vereno cuenta que en España hay una flauta que se llama alboga, que es “una prima de la alboka vasca”.
Las dos son de origen árabe, “en donde al-bûq significa cuerno”. Hay una teoría que vincula la palabra gaita con el gótico “gaits”, que significa cabra, y algunos creen que puede tener relación con el uso del cuero de cabra para elaborar la flauta o, incluso, el furruco, instrumento usado en la gaita venezolana.
Sin embargo, expertos, entre ellos Chacón, no están del todo convencidos.
Volvamos a la fiesta
A finales del siglo XVI, las comunidades africanas y afrodescendientes hacían lo que Romero llamó “gaitas”. Y es que en el caso del Zulia, “la gaita está más relacionada con la fiesta que se les permitía hacer”.
“La Iglesia les dijo: ustedes van a la misa estrictamente católica y después les damos permiso para que hagan su ritual africano”.
“De esa forma, empezaron a asociar el llamado que se les hacía con la alghaita, la gaita, con una parranda”.
“Surge la primera forma de gaita que se conoce en el Zulia, la gaita de tambora, que es profundamente devocional, en este caso a Dambalá, que es una divinidad de origen africano sincretizada con una virgen católica que es Santa Lucía”.
La Iglesia católica honra a Santa Lucía el 13 de diciembre, día en que, en el año 304, padeció el martirio.
“Una fusión maravillosa, mágica, de culturas” se dio cuando la población afrodescendiente se fue a Maracaibo (actual capital de Zulia) a trabajar en el puerto.
“Cada 12, 13 de diciembre, los afrodescendientes, que hacían gaitas sincréticas a Santa Lucía y a Dambalá con tambora, se unían con los vascos, gallegos y canarios, que le hacían zambombería a Santa Lucía, y surgió lo que se conoce como la gaita de furro”.
Zambombería proviene de zambomba, instrumento de origen africano introducido en Venezuela, y el furro “es un hijo de la zambomba, que es un instrumento más pequeño”.
El reclamo
Romero explica que si bien, al principio, la gaita era devocional, también se convirtió en el reflejo de una realidad. “El amo de la plantación les permitía (a los esclavos) durante un día, en todo el año, festejar a su manera y practicar ciertas modalidades de libertad”.
“Aprovechaban para reclamar por cosas que no les gustaba, no solo al amo, también a la Iglesia: ‘¿Por qué Dios nos abandonó?’. Así nace la protesta en la gaita y así se conformó en Maracaibo”.
Las gaitas se convirtieron en un vehículo para que las clases populares expresaran sus angustias. “Los gaiteros eran los que más desnudaban a los gobiernos en sus errores”. Y esa tradición se mantuvo.
De hecho, el que se considera “el himno de la gaita”, de Ricardo Aguirre, es una súplica a la Virgen de la Chiquinquirá, patrona del Zulia, estado clave en la explotación petrolera en Venezuela.
Madre mía, si el gobierno
no ayuda al pueblo zuliano,
tendréis que meter la mano
y mandarlo pa’l infierno.
(…)
Acabaron con la plata
y se echaron a reír,
pero les puede salir
el tiro por la culata.
Muchas agrupaciones a lo largo de los años han incluido en sus repertorios canciones con un fuerte contenido social.
“Hemos sido pioneros de la gaita de protesta en el Zulia. Cuando las cosas no están funcionando en algún aspecto, cuando se maltratan a estudiantes, se reprimen marchas, hemos reclamado las injusticias”, le dice a BBC Mundo Jesús Urribarri, director de Cardenales del Éxito, grupo creado hace 61 años.
Y se hizo género
De acuerdo con Romero, la gaita de furro se volvió la más conocida en los siglos XVIII, XIX y buena parte del siglo XX, y adquirió el perfil de género.
“Los géneros se refieren a una propuesta musical con una estructura y una orquestación determinadas”, indica Chacón. “La instrumentación que caracteriza a la gaita es el furruco, el cuatro y la voz”.
También cuenta con las maracas y la charrasca. Y algo clave: “En la gaita tradicional venezolana, sobre todo la zuliana, no existen instrumentos de viento”, es decir, no hay nada parecido a una gaita.
De acuerdo con el profesor, la tambora no es esencial, puede acompañar. No obstante, hay un tipo de gaita, la de San Benito, en la que el furruco no es tan importante, la protagonista viene a ser precisamente la tambora.
“La década de los 60 fue espectacular”, dice Romero. “Empiezan a surgir los grupos gaiteros organizados y eso desemboca en grabaciones, discos. Se da la profesionalización del gaitero y la gaita ya no es tan espontánea”.
Hay diferentes tipos de gaitas: una de ellas surgió al inicio de los 70, que se conoce como tamborera, que es un ritmo más melodioso para bailar.
También hay una que es bucólica, que se da en el municipio de Perijá, en la frontera con Colombia.
Al otro lado
Y así, atravesamos esa frontera y llegamos a la región Caribe colombiana, donde encontramos dos tipos de flautas, de origen indígena, conocidas como gaitas, que son complementarias y siempre aparecen juntas, señala Juan Carlos Jaramillo, periodista de la BBC especializado en música.
“Está la gaita hembra, corta, con registro alto y varias notas para la melodía, que es tocada con las dos manos, como un clarinete o un oboe; y la otra, la gaita macho, mucho más larga, con dos orificios, de registro grave y usada solo para tocar el ritmo y acompañar a la gaita hembra”.
Pero el término gaita abarca más que esos dos instrumentos. “Se le dice gaita al conjunto, al instrumento y al ritmo”, señala el músico Juan Sebastián Ochoa, investigador especializado en estudios culturales y musicales de Colombia.
“Las orquestas de baile, además de tocar cumbias y porros, también tocan un género que llaman gaita, pero no usan las gaitas”.
Los que sí las usan son, por ejemplo, los famosos Gaiteros de San Jacinto, a quienes la Radio Nacional de Colombia llama “los guardianes de la cumbia”.
En ese caso, las gaitas son las protagonistas y las acompañan las maracas indígenas y los tambores africanos.
La gaita, como ritmo, que interpretan conjuntos colombianos es diferente a la gaita venezolana. “No tienen nada que ver la una con la otra”, aclara Ochoa.
“En Latinoamérica hay nombres de músicas y ritmos que se repiten. Es decir, son músicas tocayas, que se llaman igual, pero no tienen relación entre sí”.
“En el caso de la gaita es igual: se usa el mismo término para identificar músicas diferentes. El término, en Colombia, se lo pusieron los españoles al instrumento porque se les pareció a las gaitas escocesas”.
Otras inspiraciones
De regreso en Venezuela, como el homenaje a Santa Lucía se hacía en diciembre, la gaita se empezó a asociar desde sus inicios con la Navidad y el fin de año. Sin embargo, en el Zulia se escucha todo el año.
Además, su interpretación se ha extendido por varias partes del país. En 2020, por ejemplo, 12 músicos -la mayoría de ellos caraqueños- crearon la agrupación Maleiwa es gaita “para mantener viva la gaita tradicional en Caracas, donde se hace gaita, pero no es tan zuliana. Tratamos de mantener la raíz”, le cuenta a BBC Mundo su director, Kelvy Pirela.
Y, aunque algunos de los temas más populares del género tienen que ver con la Navidad, lo cierto es que hay gaitas para casi todo.
Para el amor y el desamor, como el clásico “Sin rencor” de “Neguito” Borjas con Gran Coquivacoa:
Recuerdas aquellos días
Que te adoré con locura
Fuiste esperanza, hermosura
Mi pasión y mi alegría
O para la geografía, como esta canción del grupo Rincón Morales:
Orinoco, ya vas llegar, río hermoso, ya vas a llegar
Venezuela en ti palpita, en ti suspira como un órgano vital
Orinoco, ya vas a llegar, río hermoso
el Auyantepuy es autentico guardián
Pese a la diversidad temática de la gaita, en el resto de Venezuela parece inevitable que se asocie con las fiestas de fin de año.
“Diciembre es un momento único en el que le recordamos a los venezolanos sus tradiciones, cómo celebraban la Navidad sus antepasados”, dice Carlos Torres, uno de los cantantes de Maracaibo 15.
Para Torres, ese grupo, que nació hace 49 años, es “un estilo de vida, una representación cultural de nuestro país”.
El profesor Chacón destaca cómo “la gaita adecua textos alusivos a la Navidad, no en el sentido religioso, sino en uno muy terrenal, muy humano”.
Y nada más terrenal que atribuirle características humanas al año, como lo hace Maracaibo 15 en este tema que puedes escuchar en YouTube:
¿Qué te pasa viejo año, qué te pasa?
Que ya tienes tu maletas preparadas,
Dime si es que te han botado de la casa
Porque estas viejo porque no sirves pa’ nada.
Las cosas viejas como tú las botan,
Y más si saben que otro llegará,
Pero no llores échate un trago,
Que yo te recordaré,
Con los ratos de felicidad
En tus días yo pasé.
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