Acudir a un especialista es clave para el diagnóstico del asma
Para 2019, la Organización Mundial para la Salud (OMS) estimó que el asma afectó a 262 millones de personas y causó alrededor de 461 mil muertes.
Asimismo, para 2016, la OMS registró a 339 millones de personas con dicha patología en todo el mundo. Con más frecuencia en pacientes pediátricos.
La médico neumonólogo Doris Odremán definió el asma como una enfermedad o patología crónica muy frecuente y potencialmente grave, caracterizada por una broncoconstricción, que es el estrechamiento de la luz de los bronquios.
“Ellos se inflaman y el espacio por donde pasa el aire disminuye. A su vez, existe el engrosamiento de la pared de las vías respiratorias y aumento de la producción de mucosidad”, explicó.
La especialista mencionó que dichos parámetros son importantes al hacer el diagnóstico del asma.
Como parte del diagnóstico están los síntomas, los factores clínicos, los antecedentes y las pruebas funcionales para confirmarlo.
Síntomas
Odremán mencionó entre los principales síntomas una respiración sibilante, que es un sonido agudo emitido cuando el aire pasa a través de los bronquios inflamados.
Los pacientes asmáticos también pueden presentar sensación de falta de aire o cansancio, presión en el pecho y tos, que puede variar con el tiempo, tanto su aparición, como la frecuencia e intensidad.
“Estos síntomas se asocian a un flujo de aire espiratorio que es variable. Esa dificultad para poder expulsar el aire es lo que condiciona a que exista la broncoconstricción”, afirmó.
Sobre el tratamiento, adelantó que los especialistas prefieren no indicarlo hasta no confirmar el diagnóstico.
“Muchas veces las personas creen que se trata de asma porque están cansados o tienen sibilancias. Inician tratamiento y no los mandan con el neumonólogo, eso aplica tanto para la población pediátrica como adultos”, dijo.
La especialista acotó que la enfermedad se puede diagnosticar desde la infancia. Resaltó que dentro de los estudios para identificarla está la espirometría, que se empieza a hacer desde los seis años.
En esa edad, los niños pueden tener la capacidad para acatar órdenes y puede cumplirse el objetivo de medir el flujo y los volúmenes pulmonares, acotó Odremán.
La espirometría va acompañada con los antecedentes del niño, patologías de familiares directos, síntomas que haya presentado desde edades tempranas, de la madre durante la gestación y factores que puedan estar condicionando estos síntomas.
En adultos
La doctora indicó que el asma del adulto tiene muchas variables. “Lo hace difícil porque llegan los pacientes, cuando los mandan con nosotros, es porque son pacientes mal manejados”, señaló.
Añadió que en dichos pacientes se ha llevado un protocolo que no se ha debido aplicar, ya que no es solo tratamiento farmacológico sino que se deben aplicar cambios en los factores ambientales, nutricionales y otras medidas dictadas por un equipo multidisciplinario.
Odremán resaltó que aunque la enfermedad es crónica, si el paciente está adherido al tratamiento, se puede controlar el asma.
“Hay pacientes muy mal manejados, que han tenido una mala evolución y cuando deciden referirlos a nosotros, hay que ser un poco más agresivos en el tratamiento para poder mejorar los síntomas”, aseguró.
Como médico puntualizó que el objetivo de la evaluación con el especialista es mejorar los síntomas y la calidad de vida del paciente.
Recalcó que existen muchos factores para diagnosticar el asma, entre los antecedentes de los síntomas respiratorios que haya presentado el paciente.
No obstante, además del interrogatorio sobre los síntomas típicos, deben indagar sobre antecedentes personales, familiares y realizar el examen físico junto a la espirometría.
La neumonóloga lamentó que médicos que no son especialistas hacen diagnóstico de asma sin realizar la espirometría.
Además, resaltó que dependiendo de los parámetros se inicia el tratamiento, el cual debe tener su control periódico por consulta para la vigilancia de la evolución clínica del paciente.
“Hay que estimar, desde el punto de vista funcional y en el examen físico, si el paciente está teniendo buena respuesta al tratamiento o si amerita la implementación de terapias un poco más agresivas o invasivas”, expresó.
La especialista aclaró que las terapias más agresivas son alternativas para los pacientes que no logran mejorar con el tratamiento convencional
Tratamiento
Odremán declaró que el tratamiento para los pacientes asmáticos debe individualizarse. Pero que inicia con los inhaladores, que son dispositivos que permiten la difusión del medicamento para que pueda ser absorbido por la mucosa pulmonar.
Resaltó que los medicamentos también se pueden conseguir en presentación para nebulizar, que son en gotas o en polvo.
Aunque la vía de difusión es diferente el propósito es el mismo: llegar al pulmón, al tracto respiratorio para mejorar ese proceso inflamatorio, de acuerdo a Odremán.
La especialista mencionó los corticosteroides inhalados que “son importantísimos” para mejorar la inflamación y con la ayuda de ambos disminuir la producción de mucosidad típica en pacientes asmáticos.
“El tratamiento es individualizado. Si tengo un paciente con un diagnóstico leve, el esquema del tratamiento va a ser diferente al paciente que llegue en crisis”, aseguró.
Reveló que existe un grupo de pacientes con asma de “difícil control”, que son aquellos que con todo el tratamiento, lo más fuerte y la dosis más alta no mejoran, deben ser atendidos por un equipo multidisciplinario dependiendo de las causas.
“Allí la importancia de ser evaluado por un especialista”, reiteró Odremán, quien enumeró entre los tipos de asma: ocupacional, el diagnosticado en mujeres durante el embarazo y en adultos mayores.
Sobre el asma ocupacional o la patología agravada por el trabajo, contó que se debe evaluar de forma integral porque hay factores ambientales que pueden estar asociados con su exposición como desencadenantes del asma.
“Hay factores ambientales, tóxicos inhalados, minerales sobre todo en el estado Bolívar, que pueden condicionar al desarrollo del asma por la exposición prolongada”, dijo.
Educación
La neumonóloga apuntó que otra parte importante es la educación en los pacientes sobre la enfermedad crónica que es el asma.
“Muchos dicen “yo tuve asma cuando niño, ya me curé”. El asma no se cura, se controla, va a depender de la buena adherencia que tenga a su tratamiento”, recordó.
Comentó que si el paciente cumple de forma estricta las indicaciones de su médico, las recomendaciones y el tratamiento tal cual como se lo indicaron, probablemente tenga una evolución satisfactoria.
Acerca de tener un buen control de su enfermedad, Odremán afirmó que con eso se evitarán exacerbaciones, crisis o que el paciente se descompense en algún momento.
Alertó que los pacientes que terminan hospitalizados son porque han tenido un mal manejo o una mala adherencia al tratamiento.
Odremán apuntó que además de manejar la enfermedad de forma individualizada debe apoyarse en un equipo multidisciplinario, en el que puede estar la evaluación de un alergólogo, otorrinolaringólogo, nutricionista, psicólogo o psiquiatra.
“Y así lograr que los pacientes tengan mejor adherencia, eso es importantísimo, un plan de trabajo a cada paciente para que de esa manera evolucione de forma satisfactoria”, cerró.
Alto riesgo
Ante la pandemia de covid-19, la neumonólogo Doris Odreman explicó que los asmáticos por tener una patología pulmonar crónica, al no tener un buen control de su enfermedad son pacientes de alto riesgo para que tuviesen una evolución tórpida al adquirir la infección por coronavirus.
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