Economía

José Guerra: Se debe lograr una salida permanente y no eventual de la hiperinflación

El economista plantea un programa que le permita al país un crecimiento sostenido y estable.
viernes, 17 diciembre 2021
Cortesía | Desde el año 1985 Venezuela no registra una tasa de inflación de un dígito

Derrotar la hiperinflación es la base para que la economía venezolana crezca de manera sostenida, sentenció el economista José Guerra durante su presentación “Propuestas para estabilizar la economía venezolana 2022” en el décimo foro del Economaratón organizado por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).

El profesor universitario y vocero de la OVF ofreció un programa de estabilización que consta de tres alternativas para dale fin a la hiperinflación ininterrumpida que vive el país desde finales de 2017 y que comenzó a causa del financiamiento monetario del déficit fiscal, generando una contracción sin precedentes de la actividad económica.

Desde su perspectiva, el plan para recuperar la economía plantea, bien sea adoptar el dólar como moneda nacional, aplicar un sistema de agregados monetarios para desinflar o rediseñar el sistema monetario, la institucionalidad fiscal de Venezuela y fijar la tasa de cambio.

“La prioridad es poner fin al largo periodo de elevada inflación de los últimos cuatro años o de lo contrario el gobierno estaría perdiendo el tiempo hablando de planes productivos y desarrollo social”, aseguró.

Guerra propone un programa de estabilización el cual logre una salida permanente y no eventual de la hiperinflación para que la economía pueda crecer sostenidamente.

Sin embargo, aclaró que esta no es la única dificultad. En Venezuela hay problemas estructurales como una economía rentista y profundamente importadora, dependiente de la producción y precios del petróleo así como una economía volátil con bajos grados de diversificación.

Salida estable 

Para el economista, hay que tener algo claro, y es que “la hiperinflación no la genera el comerciante cuando vende caro, ni el que especula, la genera el financiamiento monetario del déficit fiscal. En una economía que no crece, los salarios tampoco van a crecer”.

Entre tanto, señaló que “el problema no es salir de la hiperinflación, es salir establemente, no puede tratarse de una salida eventual sino de una salida permanente para que la economía pueda generar incentivos para crecer. El país puede volver a caer en la hiperinflación si las causas que lo llevaron a ella están presentes. Hay que tener mucho cuidado”, precisó.

Guerra reveló que en el año 2013 la tasa de inflación fue de 41 %, en 2017 de 438 %, en 2018 de 65.374 % y en 2021 de 1.546 %.

Venezuela tiene una inflación anual de 1.575,30 %, una inflación acumulada de 574 %, una inflación que en noviembre se ubica en 6 % y una producción de petróleo que ronda los 650 mil barriles.

Asimismo, el ingreso real por habitante en 2021 es el menor desde que se conocen las cuentas nacionales publicadas de manera oficial.

“Esta no es una caída cualquiera, es una catástrofe auto producida por las propias políticas y por el propio modelo”, asintió Guerra durante la presentación.

Por qué ocurre la caída

Explicó que la causa de la caída de la actividad económica es la declinación de la actividad petrolera desde 2007 sin ningún tipo de atenuante. “La deuda externa aumentó exponencialmente a pesar del boom petrolero. Todo esto porque los ingresos no alcanzaron, porque el Estado se redimensionó, empezó a tomar empresas, empezó una ola de expropiaciones en 2004 y 2005 abultando así su tamaño”.

Explicó que ese Estado que antes cobraba impuestos a empresas como Sidor, Cantv, la Electricidad de Caracas, entre otras, empezó a otorgarles subsidios porque todas pasaron a manos del gobierno.

“Estas empresas pasaron de ser superavitarias a deficitarias ya que cuando el ingreso petrolero no alcanzó, el Estado, que había crecido tanto, había que financiarlo, entonces se tragó la renta petrolera a través del endeudamiento. Como consecuencia de ello, las reservas internacionales del país se agotaron”, precisó.

Recordó que en 1998 la producción petrolera era de 3.388 barriles diarios, mientras que ahora apenas alcanza 650 mil barriles. “Hay una tendencia clara desde 2007 a la caída de la producción”.

Por su parte, las reservas internacionales que son el respaldo de la moneda se ubicaron cerca de 43 mil millones de dólares en 2008, en pleno boom petrolero, ahora apenas alcanzan los 5 mil millones. Para Guerra, con ese nivel de reservas es poco lo que se puede hacer desde el punto de vista de la estabilidad económica.

Señales de recuperación

En 2019 se comienzan a hacer algunas cosas. Es cuando el gobierno aplica un programa de ajustes que a juicio de Guerra es desordenado, desconocido por la mayoría e informal. Esas medidas fueron: una política monetaria de contención del crédito mediante encajes excesivos, liberación de precios, eliminación de control de cambio, dolarización de facto, reprivatización y entrega de empresas que fueron confiscadas y expropiadas.

Sin embargo, el economista dijo que “para estabilizar la economía no podemos seguir con las políticas que nos llevaron a la crisis, estas políticas restrictivas, draconianas, que limitaron el acceso al financiamiento no pueden seguir, lo mismo que la política fiscal de ajuste que permite comprimir el gasto público a unos niveles de subsistencia”.

Agregó que sin el financiamiento externo ve difícil que haya una estabilización exitosa. “Va a costar mucho porque sin ese financiamiento no tienes el acceso al crédito que es el que te permite financiar las importaciones”.

Tres opciones

El economista egresado de la UCV, esgrimió tres opciones para acabar con la hiperinflación y evitar rebotes inflacionarios, entre ellas: Adoptar el dólar como moneda nacional, renunciar al ejercicio de la política cambiaria y monetaria con todo lo que ello implica. “En medio del desespero esta sería la medida más fácil de hacer, pero habría que tener cuidado porque una vez que se adopta es muy difícil de revertir, si ocurre un shock petrolero éste se absorbería con una deflación.

Por otra parte, aplicar un esquema de agregados monetarios usando una variable monetaria intermedia para desinflar la economía. No obstante, “esto no es suficiente para detener rápida y sostenidamente la inflación, pues implicaría un sistema de flotación cambiaria que puede transmitir toda su volatilidad a los precios”.

Y la tercera, rediseñar el sistema monetario y la institucionalidad fiscal de Venezuela y fijar la tasa de cambio.

Para estabilizar la economía, Guerra propuso aplicar un programa económico completo sin acciones parciales en materia fiscal, monetaria, cambiaria y comercial.

Entonces “para acabar con la hiperinflación tenemos que ser sostenibles, la hiperinflación no se va a acabar sola. Una estabilización exitosa implica detener rápidamente la hiperinflación y al mismo tiempo reactivar la economía. Para ello hay que minimizar el financiamiento monetario del déficit fiscal, lo que implica el acceso al financiamiento externo”.

A su vez, es necesario solicitar el financiamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) que permita comenzar a negociar la deuda externa, al tiempo que se realice una ley de responsabilidad fiscal que mejore la ley orgánica de administración financiera del sector público para establecer hasta dónde y cómo se puede financiar el fisco.

Sugirió además aprobar una nueva Ley del Banco Central de Venezuela (BCV) para delimitar claramente sus competencias y restricciones en materia financiera, eliminar el bolívar y adoptar una nueva moneda con relación fija al inicio con el dólar,  mientras se detiene la hiperinflación.

Nueva reforma monetaria y fiscal

José Guerra: “Resulta fundamental recuperar la demanda por la moneda nacional para lo cual es vital reducir rápidamente la inflación y que sea creíble la estabilidad del tipo de cambio nominal. Esa moneda debería comenzar con un tipo de cambio bajo, respecto al dólar. Esto sólo si hay reservas suficientes. En la medida en que la inflación se ubique en torno a un dígito se flexibilizaría el régimen cambiario, lo cual puede hacerse mediante un sistema de bandas para que luego la moneda flote respecto a otras monedas. Lo que se necesita es una reforma monetaria y fiscal, considerando que la dolarización llegó para quedarse. Esta es la clave para estabilizar la economía”.

 

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