Economía

Ecoanalítica: Economía negra gana terreno en Venezuela

El experto explicó que cuando hay regulaciones excesivas surgen mercados ilegales o negros para aprovechar esas distorsiones y obtener ganancias como es el caso de Venezuela.
miércoles, 24 noviembre 2021
Cortesía | La dolarización llegó para quedarse

La economía ilegal o economía negra, cuyas rentas por actividades ilícitas en Venezuela han venido ganando terreno significativamente en los últimos años, es más grande que muchos sectores en el país, inclusive el petrolero, de acuerdo con estimaciones recientes de Ecoanalítica.

Para Asdrúbal Oliveros, economista y socio director de la firma Ecoanalítica, la permanencia de Nicolás Maduro en la presidencia del país responde a tres fuentes de ingresos principales: petróleo, oro y minerales, así lo expuso durante su participación en el Economaratón 2021 organizado por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF).

Los ingresos formales dejaron de ser la única fuente de financiamiento, las rentas por actividades ilícitas provenientes del contrabando de oro, gasolina, tráfico de estupefacientes, subsidio cambiario y sobrefacturación han venido tomando fuerza en los últimos años, alertó Oliveros en el foro titulado “Ilegalidad y desigualdad de ingresos en Venezuela”.

“Tenemos por un lado el colapso del Estado, y por otro un gobierno dictatorial, aunado a la imposición de sanciones por parte de otros gobiernos principalmente el de Estados Unidos y eso es un caldo de cultivo enorme para entender el desarrollo de este conjunto de actividades ilegales”, explicó el representante de la firma.

Vía de escape para sobrevivir 

En vista de la limitada capacidad del Gobierno para cubrir el gasto, mantener el ritmo de importaciones, producir, y garantizar el abastecimiento, éste recurre al sector privado como su única alternativa para sobrevivir, señaló. Sin embargo, desde su perspectiva, esto viene acompañado de una flexibilización en la aplicación de controles, política que antes se sostenía gracias a las divisas, créditos accesibles, materia prima a bajo costo, etc.  

Asimismo, el gobierno de Maduro, se vio en la necesidad de aplicar una política que le permitiera desacelerar esa hiperinflación que alcanzó un pico en 2018, y que pudiera en aquel entonces amenazar la estabilidad económica del país. 

Es aquí, cuando “el gobierno aplica una política de tres vértices, por un lado la restricción del crédito a través del encaje, una restricción de gasto y una estrategia de vender divisas en efectivo y de permitir la dolarización”, asegura Oliveros. 

El experto destacó que la economía negra tiene más predominio que muchos sectores en el país, incluyendo el petrolero.

“Existe una economía negra en el país”, pero al margen de las fuentes de ingresos formales, “hay un conjunto de actividades ilícitas que generan flujo de divisas y que contribuyen a la contención social”.

Al mismo tiempo, destacó que hay una salida de capitales por parte de grupos de poder que a su juicio se están lucrando moviendo flujos de dinero y no les conviene un cambio.

“Esta dinámica política que ha ocurrido en Venezuela ha alimentado esa economía ilegal, convirtiéndola en una parte intrínseca de la sostenibilidad del sistema y que difícilmente va a cambiar en el corto plazo”.

La gran paradoja, las sanciones

Por su parte, para Oliveros, las sanciones en vez de forzar el cambio político terminaron fortaleciendo esa economía negra e incluso ese mayor pragmatismo del gobierno para continuar en el poder.

Desde su perspectiva, “se subestimó muchísimo el rol de los países aliados y de los operadores financieros, lo que generó una desigualdad en sus efectos dado que el gobierno construyó una estructura de protección frente a la sanciones, lo que explica que haya sobrevivido”. Sin embargo, las consecuencias de esas sanciones las padecieron los actores privados y los ciudadanos.

Apuntó que esa conexión entre sanciones y economía negra “es un mecanismo de aliviadero, una especie de válvula de escape”. 

El nuevo modelo económico

Ecoanalítica en su análisis sobre este nuevo modelo económico, afirma que en la actualidad Venezuela cuenta con un Estado pequeño y colapsado financieramente, que tiene además una debilidad institucional muy profunda, problemas de desintegración territorial y nuevos polos de poder.

“Un elemento central para el sostenimiento del gobierno es toda esta estructura de economía negra ilegal que se ha expandido en los últimos años (…) Venezuela es un país que ha tenido distorsiones y una de ellas ha sido el subsidio cambiario, que ha generado una corrupción ligada a las importaciones, a la sobrefacturación de compras al exterior, al manejo de dólares preferenciales, lo que ha tenido un impacto en la economía y que le ha permitido a muchos actores sobrevivir hoy a esta crisis tan larga”, que sin duda tiene  incidencia en las cuentas nacionales, en la medición del PIB, del consumo, de la inversión y del impacto en algunos sectores. 

Acotó que uno de los sectores más afectados ha sido la manufactura ya que el anclaje cambiario no le favorece, aunado por otro lado a que el gobierno sabe que no puede proveer la electricidad ni el combustible suficiente para expandir el sector.

En ese sentido, considera que en Venezuela se está recuperando la economía no productiva, debido al aumento de los ingresos en divisas de un pequeño sector de la población. Incluso, de acuerdo con datos aportados por Oliveros, 22 % de las familias venezolanas reciben remesas. 

Finalmente, el economista insistió en que la economía negra cumple un triple propósito: político, social y económico, que plantea en el corto y mediano plazo serios desafíos para la comprensión del entorno venezolano.

“Hoy la economía negra es distinta a lo que era antes, pero el fenómeno de esas rentas ilícitas no está supeditada a los últimos tres años, pues es algo que data de más tiempo, solamente que las fuentes de esas actividades hoy son otras”, dijo. 

¿Dolarización irreversible?

El economista resaltó que la liquidez en dólares que circula en Venezuela es seis veces mayor que la liquidez en bolívares. “Es probable que a principios de 2022 el país abandone la hiperinflación. Una buena noticia sin duda. Y un factor clave en este proceso es la dolarización que ha tenido mucho de caos pero que le ha dado un nuevo dinamismo a la economía”.

Según datos recientes de Ecoanalítica, en Venezuela la dolarización es transaccional, debido a que más de 60 % de los pagos en el último eslabón comercial de las diez ciudades principales del país, se hacen en divisas, principalmente dólares. No obstante, la dolarización también es financiera, ya que de acuerdo con la Sudeban, más de la mitad de los depósitos de la banca están en divisas, en este caso dólares y euros.

“La dolarización llegó para quedarse y los negocios tienen que adaptarse y seguir profundizando la estrategia financiera en un entorno bimonetario o multimoneda”, puntualizó.  

 Recuperación no productiva

En los últimos años en Venezuela se ha observado una recuperación del consumo de bienes y servicios, que sí está generando cierta apertura económica, pero con rasgos muy superficiales e incipientes, explicó el economista y docente universitario Omar Zambrano durante el Economaratón 2021.

A su juicio, solamente una pequeña parte de la población venezolana está logrando insertarse en actividades laborales propias de esta nueva economía.

Durante su intervención titulada “Venezuela: Recuperación productiva y desigualdad de ingreso”, Zambrano aseguró que “estamos en presencia de una economía relativamente pequeña donde la fuente principal de los ingresos laborales de las familias siguen estando deprimidos”. 

 

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