300 $ mensuales para mantener una unidad de transporte público

Cubrir las rutas de transporte público en la ciudad puede incurrir en gastos de al menos 250 o 300 dólares mensuales en repuestos, sin contar los posibles costos adicionales de combustible. Ese es el caso del conductor de transporte público, Emilio Perdomo.
“Los gastos en los buses están en los cambios de aceite, pastillas de freno, filtros de gasoil. También que (la estación de servicio) subsidiada surte solo dos o tres veces a la semana. Entonces, en los días que no surte, saco de mi bolsillo para comprar combustible, para poder trabajar”, explica.
El conductor señala que el abastecimiento de combustible es una preocupación constante, porque de los 70 litros que distribuyen las estaciones de servicio, su unidad consume diariamente entre 50 y 55 litros, en jornadas intensivas desde las 5:00 de la mañana hasta las 8:00 de la noche.
En tales casos, la única opción es adquirirlo a 0,80 por litro, para seguir operando, lo cual significa un gasto adicional mayor, por semana, que impacta directamente en los ingresos personales de Perdomo, como también en la estructura de costos del transporte.
“En la tarifa (de ingresos) diaria que me da el bus, en los días malos, son como 90 $, a cambio de Banco Central. Y en los días buenos, cuando la afluencia de pasajeros está mejor, puedo hacer como 100$, pero trabajando todo el día”, detalla.
Comportamiento de pasajeros en transporte
Ser conductor de transporte público conlleva no solo acarrear gastos en suministros, también lo es tener que enfrentar los arrebatos de temperamento de algunos pasajeros que se suben a la unidad. La tolerancia es la forma de manejarlo, confiesa Perdomo; aunque afirma que “el abuso de los pasajeros contra los transportistas”, es una preocupación.
El transportista relata que, en una oportunidad, su unidad se averió, de tal forma que el cableado eléctrico empezó a incendiarse. Aunque la primera reacción de Perdomo fue detenerse por su seguridad y la de los pasajeros, la actitud de una pasajera forzó a que la unidad continuara en marcha para llegar a su destino.
Aunque reconoce el malestar que genera un bus accidentado y el retraso de los pasajeros, Perdomo considera que la seguridad es lo conveniente para el bien colectivo.
“En esos casos, se contacta a otras unidades. Como somos varios compañeros, nos apoyamos, yo podía contactar a otra unidad para que recojan a los pasajeros, porque mi unidad está dañada, está fallando; es algo que no puedo prever. Entonces imagínate el riesgo que corremos todos, también los pasajeros, por llegar al destino (en esas condiciones)”, asevera.
Autoridades de tránsito
En los cinco meses que el conductor tiene laborando como transportista en la ruta Puerto Ordaz – San Félix, considera que el trabajo de las autoridades de tránsito ha sido correcto, por su iniciativa en organizar el flujo de buses, los peatones y garantizar el cumplimiento de las normas de seguridad al conducir.
Añade que en Ciudad Guayana, también es necesario realizar trabajos en el asfaltado de las vías públicas y aumentar la presencia de funcionarios en los semáforos, “porque hay veces que los mismos transportistas no tomamos las precauciones”.
Recalca que en la calle hay conductores que no cumplen con las normas de vialidad correspondientes, como también quienes sí se preocupan por acatarlas.
Sobre las condiciones en que los transportistas laboran, Perdomo dice que entre las complicaciones, surtir combustible es la preocupación diaria y que “sería excelente poder surtir todos los días”.
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