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¿Quién es Pascual Lezcano?, el hombre que detonó el escándalo en La Vinotinto

En Colombia, Argentina y la propia Venezuela apuntaron a una auditoría interna realizada por Deloitte y a supuestas “irregularidades administrativas” del mánager de Pékerman.
viernes, 10 marzo 2023
Cortesía | Lezcano, de recogepelotas a sombra de José Pekerman

Pascual Lezcano jugó al fútbol en Argentinos Juniors, fue recogepelotas, periodista, productor de invitados, representante, organizador de partidos y llegó a mánager del seleccionado venezolano, en una carrera vertiginosa.

Su cliente más famoso es José Néstor Pékerman, con quien festejó en las entrañas del estadio José Amalfitani el triunfo del seleccionado sub20 en el Mundial de 2001. Lo siguió durante más de 15 años.

México, Colombia (dos etapas) y Venezuela fueron sus escalas. Lo califican de “controvertido” y “huidizo”. Tuvo las llaves de todo el fútbol venezolano: Desde la logística de los viajes hasta la negociación de los contratos de los cuerpos técnicos.

Cerca del exentrenador argentino atribuyen su salida de Venezuela a una serie de incumplimientos contractuales, que la federación niega. La salida de Pékerman (y de Lezcano) terminó en escándalo.

Amigo de Coloccini

Cuentan en La Paternal que Lezcano, sus dos hermanos y sus padres “vivían todo el tiempo en el club”. El club, su club, es Argentinos Juniors. Todos jugaron en inferiores, donde Pascual demostró tener más talento para los contactos que para la pelota.

Se hizo amigo de Fabricio Coloccini y toda la categoría 82, con quienes coincidió en el “semillero del mundo”.

“Su familia tenía una mueblería en la avenida Belgrano y vivían por San Telmo”, relataron las fuentes. Lezcano escaló todo lo que pudo la pirámide del fútbol juvenil. Hasta que dio el salto al periodismo. El diario Olé, primero. Espn, después. Los amigos del fútbol, siempre.

Esa agenda nutrida lo llevó a estar presente en la fiesta de reinauguración del estadio de Argentinos Juniors, en diciembre de 2003. Lo acompañaron dos talentos surgidos en La Paternal. Ambos, clase 82. Carlos Marinelli y el propio Coloccini.

Veinte años después, Lezcano, ya convertido en un hombre de negocios, sigue yendo al rebautizado estadio Diego Armando Maradona. Pero hay quienes no lo recuerdan con cariño: “Hizo apenas dos cosas buenas por Argentinos Juniors”. “La primera fue como alcanzapelotas: haber hecho expulsar a Migliardi (Alejandro), en un partido con Deportivo Morón. El arquero se enojó porque no le entregaba el balón. Hubo una agresión y el árbitro lo echó”, dice un memorioso hincha del Bicho.

Y completa: “La segunda fue haber traído a Gentiletti (Santiago)”. El defensor fue uno de los baluartes del equipo campeón en la temporada 2010.

El asunto no terminó de la mejor manera: hubo cortocircuitos con la comisión directiva de aquel entonces. En ese momento, Lezcano había dejado atrás su rol de periodista deportivo (seguía la actualidad del Bicho) y productor. Ahora era representante a tiempo completo. Para Gentiletti, Lezcano es un “hermano de la vida”.

La red con Pékerman

“Su relación con Coloccini le permitió conocer al seleccionado sub20 campeón mundial. Y a partir de ahí tejió su red”, agrega otra fuente. Esa red empezó con Pékerman, el entrenador de aquel equipo que asombró al mundo y llevó algo de alegría a un país que ya transitaba una aguda crisis económica.

Pékerman fue convocado por la AFA para hacerse cargo del seleccionado mayor, con el que dirigió el Mundial de Alemania, en 2006. Tras la eliminación por penales contra el seleccionado local, se alejó.

Al año siguiente,  (tan fanático del Bicho como el propio Lezcano) aceptó una propuesta de Toluca, de México. Y hacia allí viajó. Lezcano se transformó en su representante. Y viajó con él, su primer gran cliente.

A Toluca le sigue León. Y Pékerman se toma un tiempo para decidir sus próximos pasos. Hasta que en 2012 le llega la oportunidad de dirigir al seleccionado de Colombia.

Lezcano negocia el contrato en su nombre y acepta. En la presentación, un dato que llamó la atención a varios periodistas colombianos y que, en aquel momento, pasaría inadvertido: El representante se sentó en la misma hilera de sillas que Pékerman y otros integrantes del flamante cuerpo técnico. Como uno más.

El presidente de la federación, Luis Bedoya, estuvo parado. Y detrás, los integrantes del comité ejecutivo que había aprobado la contratación del entrenador argentino. Ese primer día muchos tuvieron claro que la sociedad Pékerman-Lezcano era indivisible.

Polémica en Colombia

Seis años y dos mundiales más tarde (Colombia estuvo en Brasil 2014 y Rusia 2018), el ciclo Pékerman en el equipo cafetero terminó rodeado de polémicas. La prensa de aquel país se llenó de sospechas sobre convocatorias peculiares.

Y publicó en detalle las atribuciones de Lezcano, el hombre sin cargo ni rol específico al que futbolistas como James Rodríguez o Radamel Falcao le agradecían en privado por la logística en cada uno de los viajes.

En definitiva, era uno más. Pero también era representante del entrenador y otros futbolistas. Esa multiplicidad de roles no alertó a nadie durante aquellos años en los que Colombia sorprendió al mundo con su juego y sus resultados.

Hace unas semanas, Carlos Darwin Quintero, uno de los tantos jugadores colombianos que hicieron méritos para tener continuidad en el seleccionado cafetero, se refirió a los manejos en la era Pékerman.

“Me quedo con lo que pude vivir en la selección. Lo que pasó antes o pudo haber pasado por ir o no a un equipo, quiero dejarlo atrás”, recordó.

No nombró a Lezcano. Pero se refirió a él elípticamente y dio a entender que tenía que firmar con un club determinado para ingresar en las convocatorias habituales del seleccionado de su país.

Las fuentes consultadas coinciden: “En 2018 Colombia quería a Pékerman, pero sin Lezcano”. No hubo acuerdo, porque el argentino siempre lo defendió: “Pascual está con nosotros porque es una persona de mi entera confianza y credibilidad”, dijo cuando lo consultaron sobre la inclusión del representante en su grupo de trabajo.

Tras el adiós a Colombia, Pékerman volvió a esperar nuevas oportunidades. Quien quisiera contratarlo tenía que pasar por Lezcano. Quien quisiera entrevistarlo, también. Era (es) su primer filtro, su asistente y su representante.

Su hombre de confianza y su mano derecha. Allegados al entrenador se preguntan cuál es la razón de tanta fe ciega en su agente, sobre todo a partir de los problemas en Colombia y las nuevas acusaciones en Venezuela. No hay respuesta.

River es otro club que no guarda el mejor recuerdo del representante: Forzó la salida de Fabrizio Angileri al Getafe, de España. El club millonario no vio un peso: Se fue libre tras no llegar a un acuerdo para la renovación de su contrato.

Caso Vinotinto

Venezuela llamó a la puerta de Pékerman (o al teléfono de Lezcano, que es lo mismo) en 2021. Lo quería para hacerse cargo de un proyecto a largo plazo, con la mira puesta en el Mundial de 2026, y con la expectativa de que la Vinotinto pudiera estar presente por primera vez en una Copa del Mundo, que a partir de la próxima edición tendrá 48 equipos clasificados.

La eliminatoria sudamericana otorgará 6,5 cupos. José Peseiro, el portugués que antecedió a Pékerman (en el medio hubo un interinato de Leo González) se había ido en medio de acusaciones por impagos. El entorno del entrenador argentino quería certezas.

La Federación Venezolana de Fútbol (FVF) asegura que se las dio.

“No hay ningún compromiso económico. En ese sentido, ambas partes están saldadas”, dijo este viernes Jorge Giménez, presidente de la FVF.

En Colombia, Argentina y la propia Venezuela apuntaron a una auditoría interna realizada por Deloitte. Y a supuestas “irregularidades administrativas” de Lezcano, quien a diferencia de la etapa colombiana esta vez sí tenía un cargo: Mánager de los seleccionados vinotinto.

Por eso posó con todo el cuerpo técnico el día de la toma de mando de Pékerman y sus ayudantes, la mayoría argentinos. Ellos, con ropa de entrenamiento. Él, de impecable camisa blanca. Acorde a sus funciones de escritorio.

La Nación intentó contactarse con Pascual Lezcano para esta nota y le ofreció el espacio para contar su versión, pero no hubo respuesta.

La FVF no dio detalles sobre las “irregularidades administrativas” que derivaron en las salidas de Pékerman y su agente plenipotenciario devenido en mánager. En el programa Primer toque, de la cadena colombiana Win Sports, contaron que la Sub 20 venezolana fue la única selección que viajó en chárter al Sudamericano de la categoría, disputado en el país cafetero.

El resto lo hizo en avión de línea. El DT de ese equipo era Coloccini, el amigo de la infancia de Lezcano. Y su hermano Gaspar, uno de sus ayudantes. Ninguno de ellos continuará en funciones.

“No vamos a permitir que nadie se crea por encima de las normas. No vamos a trabajar con nadie que no se tome en serio y con absoluta claridad nuestra camiseta. El fútbol venezolano y nuestra afición se respetan. Que se escuche bien claro”, dijo Jorge Giménez, presidente de la FVF.

No nombró a nadie. Para la mayoría de los presentes, no hacía falta.

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