Llama olímpica no es de fuego real
La llama olímpica que sorprendió al mundo durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos no es lo que parece. En un audaz esfuerzo por ser más ecológicos, los organizadores de París 2024 decidieron utilizar un pebetero completamente eléctrico.
La “llama” está generada por 40 luces LED y agua nebulizada, lo que permite que cualquiera pueda tocarla sin riesgo. El compromiso de París 2024 de ofrecer los “Juegos Olímpicos más ecológicos de la historia” ha llevado a los organizadores a innovar en áreas tradicionalmente dependientes de combustibles fósiles.
Tony Estanguet, jefe del comité organizador, expresó: “Queríamos que el pebetero utilizara una nueva tecnología para no producir demasiadas emisiones. Éramos ambiciosos y queríamos aunar algo espectacular y responsabilidad medioambiental al mismo tiempo”.
Esta innovación va de la mano con los esfuerzos globales para reducir la huella de carbono y adoptar prácticas más sostenibles. Al evitar el uso de combustibles fósiles, los Juegos Olímpicos de París están marcando un precedente para futuros eventos deportivos de gran escala.
El pebetero flotante, que cautivó a los espectadores en la ceremonia de apertura, es obra del diseñador francés Mathieu Lehanneur. Este diseño no solo representa una innovación tecnológica sino también un homenaje histórico a los pioneros del globo aerostático, los hermanos Montgolfier.
Lehanneur describió su creación como un objeto que combina ligereza, magia y unificación.
“Este pebetero absolutamente único representa todo el espíritu que quería darle a los objetos Olímpicos y Paralímpicos. Ligera, mágica y unificadora, será un faro en la noche y un sol al alcance durante el día. El fuego que arderá en él estará hecho de luz y agua, como un oasis fresco en el corazón del verano”, según declaraciones recogidas por Daily Mail.
La ceremonia de apertura presentó un momento espectacular cuando los medallistas de oro franceses Marie-José Pérec y Teddy Riner transfirieron la llama de la antorcha al pebetero.
Un anillo de fuego impulsó un globo aerostático, que se elevó hacia el cielo nocturno sobre París, asombrando a la multitud. Durante el día, el globo permanecerá en tierra en el Jardín de las Tullerías y por la noche se elevará nuevamente, iluminando la capital francesa desde unos 30 metros de altura.
El uso de una llama “falsa” ha sido defendido por los organizadores de París 2024 como una elección principalmente simbólica. La llama olímpica tradicional se enciende meses antes de los Juegos en la antigua Olimpia, Grecia, utilizando la luz del sol y un espejo parabólico.
A pesar de la controversia, los organizadores aseguran que la esencia y el simbolismo de la llama olímpica se mantienen intactos. “Para el movimiento olímpico, lo único que importa es el símbolo de una llama que no se apaga antes del final de los Juegos”, afirmó un portavoz de los Juegos a The Telepraph.
El pebetero eléctrico de París 2024 no solo es una muestra de innovación tecnológica, sino también un ejemplo de cómo los grandes eventos pueden adaptarse a las necesidades medioambientales actuales.
Al reducir la dependencia de combustibles fósiles y minimizar las emisiones, los organizadores de los Juegos Olímpicos están demostrando que es posible combinar tradición y modernidad de manera sostenible.
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