Legado de Baudilio Díaz tras 35 años de su muerte
La leyenda de Baudilio Díaz aún permanece en la memoria de los fanáticos de los Leones del Caracas.
Durante 15 temporadas, el pelotero se mantuvo como uno de los grandes referentes del equipo, inmortalizando el dorsal número 25 de su camiseta.
Como receptor, era una muralla que atrapaba strikes y outs en la goma. Como bateador, una máquina con un récord de jonrones que tardó décadas en ser superado.
Su carrera, así como su vida, terminaron abruptamente el 23 de noviembre de 1990, tras sufrir un accidente mortal en su casa.
Su muerte marcó una de las mayores tragedias que el deporte venezolano había sufrido desde la muerte de Néstor “Látigo” Chávez, en 1969, o la de Gonzalo Márquez, en 1984.
Durante toda su carrera, siempre leal a su equipo, acumuló un promedio de .283, con 491 hits, 231 carreras anotadas, 73 dobles, 6 triples, 55 jonrones y 276 carreras impulsadas.
En 1989 Díaz anunció su retiro de las Grandes Ligas, pero decidió ponerse la careta una vez más con los Leones, equipo para el que no jugaba desde aquella final histórica de 1987.
El día del accidente
El 23 de noviembre de 1990, los Leones tenían un juego, pero Baudilio no se presentó.
Ese día tenía previsto reunirse con los directivos del equipo para negociar su regreso, pero prefirió quedarse en su casa, en la urbanización La Tahona.
El pelotero quiso aprovechar la tarde libre para arreglar una antena parabólica que estaba fallando, pero mientras intentaba ajustarla, se resbaló y el aparato se desprendió de su base y le cayó encima.
Murió de forma instantánea por politraumatismos en la cabeza y el tórax. Al día siguiente, la foto de los bomberos bajando del techo, su cuerpo envuelto en una sábana blanca, acaparó los titulares de la prensa.
La repentina muerte del pelotero no opacó el gran legado que dejó para los Leones del Caracas y el beisbol venezolano.
Ese mismo año, los Leones del Caracas retiraron el número 25 que vistió por más de una década en su honor.
Posteriormente, en 1991, ingresó al Salón de la Fama del Deporte Venezolano, que reconoce a los atletas más destacados del país de todas las disciplinas.
También ingresó en 2006 al Salón de la Fama del Museo del Beisbol Venezolano, ubicado en Valencia, estado Carabobo.
De igual forma, la Confederación de Beisbol Profesional del Caribe (CBPC), organizadora de la Serie del Caribe, aprobó su exaltación a su Pabellón de la Fama en Puerto Rico, en febrero de 2020.
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