Jonas Vingegaard le arrebató el liderato del Tour de Francia a Pogacar
La primera etapa en la alta montaña sacudió por completo el Tour de Francia, con el campeón Tadej Pogacar desmoronándose al final de la 11ma etapa el miércoles para ceder la casaca amarilla de líder general.
Jonas Vingegaard y su equipo Jumbo-Visma fueron los grandes ganadores de la etapa. El corredor danés arrebató la mítica túnica a Pogacar, el bicampeón defensor que había lucido dominante pero se desinfló en el último ascenso y se rezagó más de dos minutos.
Vingegaard se despegó de Pogacar en el brutal ascenso a la cima del Col du Granon para culminar victorioso un día épico en los Alpes. La 11ma etapa deparó otro par de ascensos colosales, el intimidante Col du Telegraphe y el Col du Galibier.
Fue la primera victoria de etapa de Vingegaard en la máxima prueba del ciclismo. El danés escoltó a Pogacar en la clasificación general el año pasado.
“Al atacar tenía la sensación que él no iba a resistir”, dijo Vingegaard. “Esta vez quería la victoria. Y lo logré. Ahora tengo la casaca amarilla y voy a pelear hasta llegar a París”.
Quintana segundo
Vingegaard alcanzó primero la cima, con una diferencia de 59 segundos sobre el colombiano Nairo Quintana. El francés Romain Bardet llegó tercero a 1:10 y Pogacar quedó relegado a 2:22 de su rival.
Con la ayuda de su compañero Primoz Roglic, Vingegaard atacó reiteradamente a Pogacar en las alturas. Pero cada vez que trataron de aislar al líder del equipo UAE-Emirates en el Galibier — el techo de la ruta de este año a 2.642 metros sobre el nivel del mar — el esloveno respondió con calma.
Pogacar incluso sonrió ante las cámaras de televisión al cabo del durísimo ascenso. De la mano de su compañero Rafal Majka, Pogacar se puso al frente pero la insistencia de los corredores de Jumbo-Visma finalmente rindió dividendos.
Cuando Vingegaard atacó otra vez a cinco kilómetros de la meta, Pogacar no supo responder y se quedó atrás. Con su camiseta amarilla abierta totalmente, el golpeado campeón batalló hasta el final pero no pudo evitar el desplome.
“(Pogacar) estaba muy fuerte en el Galibier, y yo dudada si seguía adelante o parar. En la última subida pensé: si no lo intento, nunca voy a ganar. Quedar segundo no está mal, pero ya lo hice el año pasado”.
Pogacar apenas tendrá una noche para recuperarse de un día para el olvido, ya que la 12da etapa el jueves también cubrirá otro monumental recorrido, con tres ascensos de categoría especial, incluyendo el famoso Alpe d’Huez.
“No sé qué ha pasado”, dijo Pogacar. “En el último ascenso no tenía buenas piernas desde el inicio y sufrí. No ha sido mi mejor día, así de simple. Pero no voy a tirar la toalla”.
“Quiero la revancha. Esto no se ha acabado”, añadió.
Quintana (Team Arkea Samsic) escaló siete peldaños en la general, ubicándose quinto a 2:37 de Vingegaard.
El Tour culminará el 24 de julio en París.
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