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Gol en el descuento de Falcao le arrebató la victoria a Atlético de Madrid

El tanto del colombiano selló el empate 1x1 de Rayo Vallecano ante los "colchoneros" en el Metropolitano.
martes, 18 octubre 2022
Cortesía | Un gol de penalti de Falcao en el descuento castigó el conformismo de los locales

Atlético de Madrid pinchó ante Rayo Vallecano en el Metropolitano. Un gol de penalti de Falcao en el descuento castigó el conformismo de los rojiblancos, que se habían adelantado en la primera mitad por medio de Morata, y que tuvieron una marcha menos (o dos) respecto a San Mamés.

El cansancio, el no arriesgar o las dos cosas, pasaron factura a los colchoneros.

Grbic y Witsel fueron los dos cambios que realizó Simeone respecto al once de San Mamés. Y obligado, por las lesiones de Oblak y Koke. Lo que funciona, no se toca, pensaría el Cholo, a pesar del cargado calendario y de que el domingo tocaba visitar el Villamarín.

Pero dar continuidad a lo exhibido en Bilbao era primordial. Sobre todo el resultado (buscaban el cuarto triunfo consecutivo en Liga) pero también las sensaciones.

Iba con el freno de mano echado el Atlético ante un Rayo que presentó varias novedades en la formación titular, entre ellas Falcao. Presión alta sin llegar a ser asfixiante, solidez con Kondogbia y Witsel en el doble pivote y Griezmann ( el mejor) para crear. Y para robar.

Porque así nació el 1-0. Creyó el francés, que arrebató el balón a Fran García y la puso al área, donde Morata, de primeras y con la derecha, la puso lejos del alcance de Dimitrievski. Gran definición de madrileño.

El Rayo había amenazado con algún disparo lejano, pero Grbic vivía plácidamente. El Atlético lo intentaba a balón parado, con De Paul y, sobre todo Lemar, muy imprecisos. El argentino se fue entonando, pero el francés no. Es más, se lesionó. Otra vez. Carrasco entró en su lugar. Y descanso.

Iraola metió a Comesaña por Pozo para tratar de ganar el medio y crecer desde ahí. Ciss casi empata en un cabezazo que se marchó fuera por poco. Salió algo dormido el Atlético, que solo ganaba 1-0.

Estaba más activo Simeone en la banda que el equipo en el césped. Y quiso dinamizar el Cholo al grupo, dando entrada a Correa y Cunha por Morata y Witsel. Cambios ofensivos en busca de la sentencia. Casi lo logra el brasileño nada más salir tras pase de Molina, cada vez más asentado. En el Rayo ya estaba Camello sobre el césped.

Crecía el Rayo, menguaba el Atlético

Pasaban los minutos y no ocurría nada, y eso beneficiaba al Atlético, aunque también flojeaba por el medio. Y crecía el Rayo. Camello rozó el empate con una buena acción. Luego Álvaro, pero se interpuso Savic. Después Falcao. Murmullos en el Metropolitano, que también entendió que era momento de apoyar, con Simeone dirigiendo la orquesta, menos ruidosa en esta ocasión.

Era obvio que tenía que entrar Saúl por De Paul, fundido, para cortar la hemorragia colchonera. O al menos para intentarlo. Joao se quedaba sin jugar. A Griezmann le anulaban el segundo por fuera de juego. Lo rozó Cunha poco después, pero blocó Dimitrievski. Tocaba sufrir.

Sevilla también empata

El club sevillista sigue sin arrancar y ni con la llegada de Jorge Sampaoli logra el equipo andaluz sumar su primer triunfo en el Sánchez Pizjuán.

Tras la victoria sevillista en Mallorca con el golazo de Gudelj aunque con un juego muy pobre, Valencia se llevó un punto y pudo hacerse con la victoria en un final loco en el que Bono detuvo un penalti pasados los 100 minutos de juego en una jugada que tuvo de todo, con revisión del VAR, una roja anulada al Papu Gómez y finalmente una pena máxima por empujón de Kike Salas a Diakhaby.

El equipo sevillista, que empezó perdiendo con gol de Cavani, buscó con ahínco el triunfo tras encontrar el empate en una segunda mitad en la que mejoró y superó al equipo de Gattuso, que se encarama a las posiciones europeas y sigue demostrando que es un bloque serio que suma ya cuatro jornadas sin perder.

En esa búsqueda constante por dar con la techa que le cambie la cara a unos de los peores Sevilla que se recuerdan, Sampaoli tuvo que construir una defensa sin Marcao, que se cayó a última hora, y alineó a Acuña como central zurdo en una defensa de tres, con Nianzou y el joven José Ángel Carmona, pero el esquema empezaría a dar problemas muy pronto.

Valencia tenía claro que iba a atacar los costados y el primer centro de Foulquier desde la derecha encontró la cabeza de Cavani, que aprovechó una salida en falso de Bono y la descoordinación entre central y lateral. Sólo habían pasado cinco minutos y el Sevilla volvía a darle un disgusto a su gente en su estadio.

Colosal Mamardashvili

Reaccionó el equipo local con un nombre propio, un Rafa Mir que durante la semana había reclamado su sitio tras dos partidos en los que Sampaoli había optado por jugar sin delantero y alinear un falso nueve.

Y el murciano fue el que más cerca estuvo de marcar antes del descanso, pero se encontró con un colosal Mamardashvili, que sacó dos manos increíbles en sólo un minuto, uno tras un zapatazo en el que el sevillista le metió el pie abajo al balón y otro en un remate de cabeza en el saque de esquina posterior.

Pero el Sevilla seguía sufriendo atrás. La presión del Valencia en la salida de balón creó muchos problemas e inseguridades, que se saldaron con la decisión a la media hora de Sampaoli de sacar del campo a José Ángel. Incluso el Valencia hizo el 0-2, pero fue invalidado por fuera de juego.

Tras el descanso, Sevilla buscó nuevos caminos y su entrenador realizó un par de cambios, con Delaney y Lamela en el campo e incluso variando el esquema de juego con una defensa de cuatro hombres.

Y fue cuando llegaron los mejores momentos del Sevilla. Animado por una hinchada que no paró de apretar, rozó varias veces el empate. Rafa Mir lo hizo, pero la jugada también fue invalidada por fuera del juego. Poco después, el larguero evitó el 1-1 en un remate de Gudelj. No fue hasta la recta final, en el 86, cuando Sevilla logró la igualada, por medio de Lamela en un córner.

Eran ya momentos de locura, Gayá evitaba bajo la raya el 2-1 y en una contra del Valencia llegó la jugada final que pudo cambiar la noche.

Papu Gómez tuvo que jugarse la expulsión en un avance de Kluivert y Soto Grado le mostró la roja, pero en la revisión del VAR se vio un empujón claro dentro del área de Kike Salas que fue sancionado con penalti y roja directa, mientras la del Papu se quedaba en amarilla. Pero, para dar más emoción al final, Bono detuvo el lanzamiento de Gayá.

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