Cheptegei ganó el oro en los 10 mil metros con récord olímpico

El rugido atronador que hizo retumbar al Stade de France fue como la liberación de una energía que estuvo contenida durante ocho años.

Los vítores fueron para el el fondista Joshua Cheptegei, que dejó su huella con una brillante carrera en los 10.000 metros para fijar un récord olímpico y ganar una medalla de oro.

Fueron para Sha’Carri Richardson, quien puso en marcha la actividad en la pista la tarde del viernes con una promisoria primera ronda de los 100 metros.

Fueron los decatletas, alentados durante la tarde y la noche al tramitar sus cinco primeras pruebas, una muestra de fervor que “no es común para el decatlón”, según dijo el canadiense y defensor del título Damian Warner.

Fueron incluso para la natación.

El comienzo de una prueba de decatlón tuvo que esperar cinco minutos, con la megafonía del estadio clamando por silencio a los franceses que agitaban su bandera tricolor y cantaban tras el más reciente oro de Léon Marchand en la piscina.

Cheptegei, quien ganó con un récord olímpico de 26 minutos y 43.14 segundos, quedó extasiado.

“Ha sido lo más grandioso poder ganar hoy en París, la mejor afición”, señaló el ugandés.

“La gente estaba delirando. Y lo noté cuando me puse al frente, en las últimas dos vueltas. Sabía que esto iba a ser maravilloso para mí”, añadió.

Cheptegei impartió una lección de cómo deben correrse los 10.000 metros, para obtener el primer oro repartido en las pruebas de pista del atletismo.

Poseedor del récord mundial, Cheptegei corrió a la mitad de un grupo que se estiró desde los albores de las 25 vueltas, durante una noche tranquila y fresca en las inmediaciones de París.

Luego aceleró y conservó la punta durante los últimos 500 metros ante un grupo de etíopes que marcaron un ritmo muy exigente durante toda la noche.

Uno de ellos, Berihu Aregawi, superó en el sprint final al estadounidense Grant Fisher para cruzar la meta y llevarse la plata. El bronce de Fisher fue el primero para Estados Unidos en la carrera más larga de la pista olímpica desde Londres 2012, cuando Galen Rupp se llevó la plata.

Hace tres años en Tokio, la pandemia de covid-19 alejó al público, y los 2.200 atletas compitieron en silencio.

El oro de Cheptegei fue el primero con espectadores en las gradas desde los Juegos de Río de Janeiro hace ocho años.

Por ello, recibió un premio de 50.000 dólares y el derecho de hacer sonar una campaña en un extremo del estadio, algo reservado únicamente para los campeones.

Los presentes también deliraron con eso.

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