Carlos Hernández: Los sueños se hacen realidad y soy un producto de eso
Carlos Hernández Yaguaracuto salió de las canchas en Ciudad Guayana a vestir de vinotinto en el tabloncillo del Domo José María Vargas en La Guaira, para cumplir el sueño de representar a Venezuela en el Sudamericano sub20 de fútbol sala 2023.
“Me quedo con todo lo bueno”, expresó el joven jugador de 21 años de edad luego de que la selección nacional se quedara con el sexto puesto de la competencia que se disputó del 9 al 17 de septiembre.
Hernández fue convocado a dos módulos con la selección antes de formalizarse su integración a la delegación que participó en el Sudamericano.
“Siempre fue un sueño para mí cantar el himno de mi país a estadio lleno, debutar de la manera que debuté”, expresó.
El joven de 21 años anotó en el debut de la selección local ante Uruguay, sellando el 4-1 y llenando de ilusión no solo a sus familiares y amigos, sino a todo un país, empezando por el público que colmó el escenario litoralense.
“Siento que la gente no esperaba tanto de mí como lo que aporté. Las cosas salieron así, de repente. Un jugador de barrio, primera liga, poca experiencia. Gracias a Dios se me dieron bien las cosas, entré con buen ritmo, pude hacer gol para agarrar más confianza, era lo que necesitaba para afrontar el Sudamericano”, señaló.
Agresividad
El director técnico de la selección nacional sub20, Robinson Romero, le pedía a Hernández en los módulos que no perdiera la esencia y mantuviera la agresividad en la marca.
Como parte de la selección nacional, el estratega requirió que Carlos fuera el mismo que llegó a los módulos de preparación: Dispuesto a ganarse un lugar en el equipo, que no perdiera ese enfoque.
Los primeros días del joven guayanés en la concentración de la selección fueron de soledad y silencio, al ser el único atleta del estado Bolívar convocado dentro de un grupo numeroso de jugadores del centro del país.
Sin embargo, rápidamente se acopló al grupo y congenió con Jason García, Reymel Díaz y Wilker Tovar. “Hubo una buena unión en el grupo, con el cuerpo técnico y todo”, destacó.
Venezuela ganó con marcador de 1-4 a Ecuador y 1-2 ante Colombia, acercándose a la clasificación a semifinales.
La Vinotinto cayó 3-0 ante Argentina y se quedó fuera de la clasificación a pesar de haber ganado los tres compromisos anteriores.
“Salimos a jugar el partido contra Argentina, las cosas no se dieron. Ya estábamos tranquilos hasta que nos dijeron que no estábamos clasificados, todo el mundo no se lo creía, ganar tres partidos, perder uno, jugar bien y no se da la clasificación”, confesó.
Con los ánimos bajos, Venezuela salió a afrontar su último encuentro en La Guaira: La disputa del quinto lugar contra Perú. Carlos Hernández igualó las acciones 3-3 y luego quedaría el marcador 4-4 para ir a los penales, en los que La Vinotinto cayó 1-3.
Venezuela en casa se quedó con el sexto lugar pero con una demostración de garra, entrega y compromiso que llena de esperanza sobre el futuro del futsal en el país.
De Guaiparo
Hernández Yaguaracuto nació y creció en el Barrio Guaiparo, en la parroquia Dalla Costa, en San Félix. El menor de siete hermanos inició su carrera deportiva en las calles, pero sus primeros pasos como atleta formal fueron en el fútbol campo.
La insistencia de su mamá para que estudiara lo alejó del deporte por un año, pero regresó para intentar probar suerte en un equipo recién fundado en el futsal guayanés: Deportivo Vikylandia.
En 2021, llegó el momento de Hernández en La Tribu, donde compartió camerino con parte de los jugadores que representaron a Venezuela en el Mundial de fútbol sala en Lituania.
“Me sentí muy nervioso porque iba a jugar con los mundialistas, los que hicieron historia en el futsal venezolano. Fue bastante bonito y me sentí bastante a gusto en ese debut”, afirmó.
Dos años después selló su debut en la Liga Futve Futsal I como parte de la plantilla de Bolívar Sport Club, allí se estrenó con gol en el Gimnasio Hermanas González.
“Carlitos” o “la Joya” como lo identifican en el barrio y en el tabloncillo expresó que su carrera ha significado mucho. “Son cosas que uno no puede explicar porque todo pasó muy rápido”, dijo.
“Hay cantidad de jugadores que empiezan con ese sueño, que las cosas se les den rápido pero bueno, por la constancia, el trabajo, la dedicación, el sacrificio del día a día, Dios me premió con eso”, resaltó.
A los niños y jóvenes deportistas los invitó a seguir preparándose y dar lo mejor de sí en cada entrenamiento.
“Dios tiene un propósito con las personas en este mundo. Los sueños se hacen realidad y soy un producto de eso”, aseguró.
Apoyo incondicional
Sobre su futuro, el guayanés reveló que aún está a la espera para tomar una decisión, no obstante ya ha recibido varias propuestas de equipos dentro y fuera de Venezuela.
Hernández destacó que el apoyo de su familia en todo su proceso deportivo desde niño hasta ahora ha sido el mejor. También agradeció a Yhonny Salas, gerente de Deportivo Vikylandia, quien lo ha respaldado desde categorías menores hasta la actualidad.
“Gracias a Dios me he encontrado con personas en mi vida que me han apoyado al 100 %, mi mamá, la gente de mi barrio”, acotó.
Tras su regreso a Ciudad Guayana, Hernández les hizo un regalo a los niños del barrio Guaiparo que estuvieron apoyándolo a la distancia durante el Sudamericano.
“Me conmovió mucho el trato de ellos. Hacía videollamadas con mi mamá y ellos siempre estaban en la casa, viendo todos los partidos, sacaban televisores a la calle. Quise devolverles todo lo que ellos hicieron por mí, que me estuvieran apoyando significó bastante para mí”, cerró.
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