Así fue el 2025 de la Vinotinto absoluta
Al inicio de este año, la Vinotinto absoluta tenía un compromiso con su historia, pero ya conocemos cómo terminó todo. La selección comenzó el 2025 en el octavo lugar de las Eliminatorias, justo donde terminó, y con seis partidos por delante, todos de una complejidad digna de un combinado nacional que buscaba jugar su primer Mundial.
Y para lograrlo, conociendo los rivales a los que se enfrentaría, debía sobreponerse a ellos y a sí misma.
Sin embargo, las cosas no salieron como se esperaba y la selección, en esas seis pruebas de fuego, no demostró ser un equipo preparado para afrontar un compromiso mayor como es jugar una Copa del Mundo.
Se comenzó en marzo con una derrota por la mínima ante Ecuador por 2-1, en el Estadio Rodrigo Paz Delgado de Quito, un escenario de los peores rivales del elenco criollo en la Eliminatoria, la altura, y un resultado que fue “corto”, gracias al penal atajado de Rafael Romo a Enner Valencia y el gol de Jhonder Cádiz sobre el final.
Después de eso, llegaban dos rivales a los que la Vinotinto debía derrotar sí o sí, tanto por las posiciones de ambos en la tabla, como por jugarse en el Estadio Monumental de Maturín y el fútbol que demostraron las tres escuadras.
Victorias por 1-0 ante Perú y 2-0 frente a Bolivia, un rival más que directo, le devolvían a Venezuela la esperanza de alcanzar la tierra prometida una vez más al subir al séptimo lugar, el de repechaje, y sacarle una ventaja considerable al propio equipo del altiplano de cara a lo que estaba por venir.
Uruguay, Argentina, ambos en suelo rioplatense, y Colombia, en el “fortín de Maturín”, donde Venezuela llegaría invicta tras cuatro victorias y cuatro empates, era lo que estaba en el horizonte para definir si la selección criolla tenía lo que se requería para jugar el evento futbolístico más grande, importante y difícil del planeta.
Se llegó a Montevideo invocando al pasado, con la esperanza de que se diera un nuevo “Centenariazo”, pero todo estuvo muy lejos de aquella gesta histórica de la escuadra dirigida por Richard Páez aquel 31 de marzo de 2004 (victoria 0-3) y apegado a la realidad, a la actualidad del equipo en junio de 2025.
Derrota 2-0 ante una Uruguay muy superior de inicio a fin y un marcador que no reflejó, como en muchas ocasiones, la verdad de aquel partido que mantuvo a Venezuela en el repechaje, pero con dudas y Bolivia acortando la distancia.
Luego se viajó unos cuantos kilómetros más, 254 para ser exactos, hasta el Estadio Monumental de Buenos Aires, cancha del Club Atlético River Plate, en Argentina.
El profesor Fernando Batista quería arruinar el “Messipaluza”, queriendo envalentonar a sus dirigidos, evidentemente, pero, al igual que en el partido pasado, muy lejos de la realidad incluso desde las declaraciones previas, pues ambos conjuntos estaban en puntos muy distantes.
La albiceleste salió con 10 campeones del mundo a la cancha contra una Vinotinto encerrada atrás que igualmente recibió tres goles (3-0), con un doblete de Lionel Messi incluido, para hacer más irónica la dolorosa derrota.
Así, con tres derrotas en cinco compromisos, Venezuela se trasladó a su fortaleza todavía en puestos de repechaje buscando una victoria, pues nada más le servía para depender de sí misma, sin mirar a Bolivia que recibía a una de las “peores Brasil de toda la historia”, pero su rival era una fuerte Colombia.
Dos veces se estuvo adelante en el marcador (Telasco y Josef) y dos veces igualó el visitante, pero con un pie en el Mundial todavía gracias a la igualdad que sacaba la “canarinha” en El Alto. Sin embargo, algo cambió de repente en la escuadra criolla.
Muchos dicen que fue el gol boliviano (Miguelito de penal) sobre el final del primer tiempo, pero lo que vino después en Maturín fue la culminación de un proceso que comenzó como nadie lo esperaba, pero que se fue marchitando con el pasar del tiempo (tras la Copa América 2024).
Dos goles colombianos recién arrancado el complemento sentenciaron el encuentro que acabó con una de las peores, y más dolorosas derrotas de la selección en cualquier competición, 3-6, superados por Bolivia en puntos y sin opciones de clasificar al Mundial 2026.
La escuadra venezolana se quedó en el camino para clasificar a una Copa del Mundo, una vez más, pero con la particularidad de que, para 2026, se amplió el número de cupos para Conmebol, seis directos y un repechaje, es decir, siete clasificados. S
in embargo, no pareció ser una ampliación tan grande como para que Venezuela lograra ser parte de ese grupo. Quedó octava con 18 puntos, dos por debajo de Bolivia y sin superar las pruebas de fuego que le podían haber significado “ser digna” de jugar el evento más importante del fútbol.
El fin de 2025, sin Mundial y sin técnico
A los pocos días de aquella derrota, la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) anunció que Fernando Batista, quien dirigió a su primera selección en su carrera y siendo el técnico en Sudamérica con mejor salario. Incluso más alto que el de un campeón mundial (Lionel Scaloni) o el de un multicampeón de todo con clubes pesados como el Real Madrid y el AC Milan (Carlo Ancelotti), no continuaría en el cargo después de no lograr el objetivo.
La Vinotinto cerró su 2025 sin clasificar a la Copa del Mundo, después del gran “regalo” de la FIFA por ampliar los cupos; sin técnico, pues, tras la salida de Batista se inició el interinato Vizcarrondo/Aristeguieta para tres amistosos. Oswaldo dirigió la derrota 1-0 ante Argentina y el “colorado” estuvo en el buen triunfo 1-0 contra Australia y la derrota 2-0 frente a Canadá.
Un 2025 que podría ser olvidado por muchos, recordado por otros, pero con la seguridad de que, en la mente de ambos grupos, será un trago de Vinotinto muy amargo.
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